lunes, 31 de marzo de 2014

Revoltijo de números. La discalculia.

La discalculia es un problema de aprendizaje relacionado con las habilidades matemáticas.



Las personas que padecen este trastorno tienen grandes dificultades para realizar el manejo habitual que hacemos con los números en nuestra vida cotidiana. Tienen problemas para saber la hora, para calcular el precio de la compra que está realizando o para estimar el cambio de dicha compra, para calcular el tiempo que tardará en llegar a un sitio sabiendo la distancia, etc. 

En definitiva, lo que para cualquier persona es un calculo sencillo y rápido, para una persona con discalculia puede convertirse en un verdadero problema, que más allá del matemático puede convertirse en un problema social. Es decir, la discalculia va más allá de una dificultad con el cálculo o con la resolución de determinados tipos de problemas. Son muchos los alumnos que pueden tener problemas en un momento determinado con las matemáticas, pero los que padecen discalculia notan el problema desde la base, desde la propia representación numérica de una cantidad, y esto ocurre en un 1% de la población. Para una persona con discalculia es difícil identificar la representación gráfica del número 3, por ejemplo, con su significado de cantidad.




Es posible que hayas oído hablar de la dislexia, que te sea un concepto más familiar. Esa alteración que tienen algunas personas con las letras. Pues bien, algo similar sería la discalculia respecto a los números. Ahora bien, debemos tener presente que tener discalculia o dislexia no implica tener ningún déficit intelectual. Es posible incluso, que estemos hablando de una persona muy inteligente.


Como padres, ¿cómo podemos saber si nuestro hijo tan solo tiene dificultades para trabajar con las matemáticas o puede padecer una discalculia?. Como ya hemos comentado, la dificultad va más allá de un aspecto concreto de las matemáticas, por los que a los padres, pronto nos hará sospechar. Ahora, no te alarmes si tu hijo de dos añitos no hace la relación número-cantidad de forma inmediata, o si con cinco añitos no sabe leer la hora del reloj o se confunde con el cambio. Cada edad tiene su progresión. Solo si no se produce una evolución, aunque sea un poco más lenta o con mayor dificultad que el resto de compañeros, o en función de lo que se espera por su edad, podríamos comenzar a plantearnos este posible problema. Plantearemos una sospecha seria cuando el rendimiento el niño vaya de uno a dos cursos por debajo del esperado, y especialmente y su rendimiento academico en el resto de materias es adecuado. Debido a que la discalculia parte de una base tan elemental, suele detectarse en edades tempranas, posiblemente incluso en el ciclo de educación infantil, sin ser necesario llegar al primer y el segundo curso de primaria. 


 Aspectos que puedo observar en la discalculia

  • Desde su primer contacto con los números al niño le ha costado asociar una cantidad con su representación gráfica y/o con la palabra que lo representa.
  • Le cuesta seguir la secuencia lógica de los números. 
  • Le cuesta contar hacia atrás y utiliza mucho los dedos.
  • Tiene problemas para ordenar números. Por ejemplo, precios, tallas, edades...
  • Tiene buena memoria para las palabras pero le cuesta leer o recordar números.
  • Le cuesta mucho nombrar y/o escribir los números cuando le son dictados.
  • Le es difícil realizar pequeñas operaciones para calcular tiempos, distancias...
  • Su nivel de lenguaje, lectura y escritura es bueno y no se corresponde a su nivel  en el reconocimiento de números, a la hora de contar o de realizar cálculos o problemas.

 

 ¿Cómo diagnostican la discalculia los profesionales?

Actualmente no hay ninguana prueba específica en el mercado para el diagnóstico de la discalculia. Los profesionales realizamos el diagnóstico en función del análisis de habilidades matemáticas, de una entrevista de los padres, y a poder ser con el profesorado, que nos aporte información sobre la evolución del niño en este ámbito, y mediante la comparación con otros casos que nos aporta la experiencia.

¿Qué pruebas se utilizan para el análisis de esas habilidades matemáticas? Algunas de las más utlizadas son las siguientes:
  • La parte de razonamiento numérico del BAS-II. Escalas de aptitudes intelectuales. Para niños desde los 3 hasta los 17 años.
  • TEDI-MATH. Prueba de competencias básicas matemáticas. Para niños de 4 a 8 años, es decir, hasta tercero de primaria. Recordemos que, como hemos comentado, la discalculia suele detectarse y diagnosticarse en edades tempranas.
Aunque debemos recordar que cada profesional tiene una forma de trabajar y ello marcará las herramientas que decida utilizar.  En la mayoría de las ocasiones, estas pruebas se realizaran junto a otras de evaluación neuropsicológica que nos aporten información sobre otros aspectos de importancia como la atención, la memoria y las funciones ejecutivas.


Cómo puedo ayudar a mi hijo

Lo primero que debemos recordar es que la mayoría de los problemas o trastornos de aprendizaje se corrigen, y la discalculia es uno de ellos. Ahora, no se corrigen solos, tenemos que ponernos a trabajar para darle solución.

Los ejercicios que indicamos a continuación serán de ayuda a tu hijo. Si tienes otro pequeño en casa, no dudes en aplicarlos a los dos, los ejercicios que se plantean son eficaces para mejorar los conceptos numéricos y matemáticos, con o sin discalculia.  Cada uno de los ejercicios verás que puedes adaptarlos para subir el nivel para trabajar con números de una, dos o tres cifras. En tal caso, para números muy elevados, utiliza palillos, monedas o incluso palitos dibujados sobre el papel.


¡Vamos allá! ¡A trabajar!!

Primer ejercicio. Reconocer y formar números. 

Realiza con unas cartulinas una pequeña baraja de 10 cartas. En cada una de ellas escribirás un dígito del 0 al 9.  Si el niño es pequeño trabajarás con los números del 1 al 10, posteriormente las decenas, y si es más mayor, progresivamente puedes ir aumentando la dificultad de los números, de dos y de tres dígitos o más. ¿Cómo hacerlo?


Colocar las cartas boca abajo.Tú puedes coger la primera carta y él la segunda. ¡Las normas y el nivel del juego las establecéis vosotros!. Así iréis formando y nombrando los números.

Otra forma amena de que tu hijo se familiarice con los números es jugando al bingo. Seguro que aprende y pasáis un rato divertido.


 Segundo ejercicio. Relacionar grafía y cantidad.

Podemos partir desde el ejercicio anterior, y completarlo añadiendo la cantidad. Podemos hacerlo con monedas, gomets u objetos. Lo que más le motive.
Podemos servirnos de juegos que podemos adquirir en el mercado, o realizar nuestros propios trabajos. Lo que suele ser más económico y motivador, ya que permite variar más los objetos. 

Por ejemplo- si hemos formado el número 10, ahora podemos pegar 10 gomets sobre un folio o cartulina; podemos contar monedas hasta 10, o pedirle que traiga 10 animalitos o 10 fichas de un puzzle, en otra ocasión podemos ser nosotros quines vayamos a coger 10 cochecitos o 10 lápices de colores.
En otra ocasión podéis sacar una de vuestras cartas y que la otra persona tenga que contar los objetos hasta tener la cantidad que indica ese dígito. Si tú has sacado la carta con el número 3 tu hijo irá contando hasta que tenga los tres animalitos o cucharillas de postre. 


Tercer ejercicio. Reparto de cantidades. 

Ahora vamos a repartir los objetos. En realidad lo que estamos haciendo es aproximarle a las divisiones. ¿Cómo puedes hacerlo?  Como lo hemos hecho siempre. Puedes poner un montón de lápices en el centro de la mesa. Algo de lo que tengas bastante cantidad, piezas de un puzzle, abalorios o los granitos de uva del postre. Posteriormente sacaréis un número de vuestra baraja, diréis en voz alta el número, y esa erá la cantidad de personas entre las que vais a realizar el reparto. Para que le sea más sencillo visualizar las personas a la hora del reparto, pon una referencia o dibuja un muñequito sobre papel. Lo importante es conseguir concretar todo lo que podemos para que le vea más fácil visualizarlo y comprenderlo.


Cuarto ejercicio. Ordenar los números. 


Comencemos ordenando cosas visuales como por ejemplo unos vasos por su altura, o unos juguetes por su tamaño, o a los miembros de casa por su altura y posteriormente por su edad. Algo divertido y sencillo que le ayude a iniciarse en el juego. Después comenzaremos a ordenar cantidades, tres lápices, cinco y diez.  Y lo último, lo más abstracto, los números. Comenzaremos con los números del cero al nueve, y posteriormente iremos ampliando a números de dos cifras, tres o más, en función de la edad y del progreso de cada niño. 



Lo más importante es que cada una de estas actividades sea entendida como un juego.  
Si le planteamos que vamos a sentarnos a trabajar las matemáticas o los números, algo que no se le da bien, estaremos generando rechazo desde el principio, lo que complicará su participación y su aprendizaje. Sin embargo, si le pedimos ayuda o le invitamos a jugar a un juego que se nos ha ocurrido, es posible que su actitud sea otra, de mayor participación y por lo tanto de mayor aprendizaje. Nuestra actitud será fundamental, marcará la actitud con la se enfrente a la actividad.


Como verás son actividades que podemos trabajar con cualquier niño, con o sin discalculia, en ambos casos será favorable para ellos.Lo importante es trabajar conceptos matemáticos mientras se divierten.


 

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