miércoles, 23 de octubre de 2013

Vivir en pareja con un hijo TDAH

Si hay algo que puede acabar con la pasión de una pareja, sin duda, son los hijos. Esos pequeños caballeros y esas entrañables princesas por las que daríamos la vida... si es que no nos la quitan antes.

Una buena relación de pareja requiere tiempo y esfuerzo. No hablamos de estar juntos, hablamos de disfrutar juntos.


Hablamos de encontrar esos pequeños instantes de los que disfrutábais antes de que esas pequeñas personitas entraran en vuestra vida. No hablamos de vivir juntos, eso se consigue sencillamente aguantándose. Hablamos de disfrutar juntos, de sentirnos lo suficientemente fuertes el uno junto al otro como para poder hacer frente a las situaciones a las que tengamos que enfrentarnos.
Son muchas las parejas que se ven desbordadas cuando aparecen los hijos. Y esta situación se complica si este hijo requiere más atención y esfuerzo, así sea el caso de un niño con TDAH. Entonces son muchas las parejas que se ven al borde del abismo. Son muchas las parejas que comienzan a distanciarse antes del diagnóstico, y es con éste con el que ven una posible solución al problema. Pero, en principio, sólo es un espejismo. Ya hemos comentado en otro post, que la media de tiempo para aceptar este diagnóstico es de un año, tiempo más que suficiente para terminar de minar la relación de pareja.

 

Por ello es importante que conozcamos esta situación y que trabajemos para minimizar sus efectos y afianzar nuestros pilares como pareja y como familia. Permíteme algunas pequeñas directrices para conseguirlo.
  1. Ante una situación inesperada no agradable, aguanta la respiración y cuenta hasta 10. Así evitaras una reacción brusca y desmesurada que sólo empeoraría la situación. Al principio te parecerá casi imposible, pero se aprende.
  2. Solicita a tu pareja ayuda concreta en el momento concreto. No carguemos con todo para después arremeter contra todos. Acepta la ayuda cuando te la ofrecen.
  3. Busca espacios de tiempo familiar, de pareja y personal. Los tres son pilares fundamentales si queremos mantener una buena convivencia. Dedicar todo el tiempo a los más pequeños terminará desgastándonos, tanto personalmente como a nuestra relación de pareja.
  4. Mantén una buena higiene mental. aparta de tu mente esos residuos, esas ideas, que no te permiten ver con claridad para poder planificarte y actuar de forma eficiente. No permitas que lo que ha ocurrido siga rondando durante todo el día en tu cabeza. El esfuerzo lo has puesto cuando ha sucedido, ahora debes pensar en cosas positivas, en buenos momentos que pasáis juntos.
  5. Retírate cuando pienses que no vas a poder controlar la situación. Si piensas que puedes perder los papeles sal a dar un pequeño paseo, a comprar eso que faltaba en casa, a bajar la basura o disfruta de una ducha. Lo importante es desaparecer del escenario que puede desestabilizarnos y respirar.
  6. No dejes pasar las cosas. Una vez que te has dado unos minutos para no explotar y pensar, retoma el tema y, sin realizar ataques o reproches personales, reflexiona sobre lo ocurrido y sobre las posibles soluciones para posteriores ocasiones. 
  7. Evita reproches, sobre todo delante de los niños. Los reproches no te van a servir de nada, es basura que ronda por tu mente y que sólo te desgasta. Antes de realizar el reproche, posiblemente de forma inconsciente, habrás dedicado horas a pensar en esa situación, lo cual sólo habrá conseguido que estés más enfadada o decepcionada, y te habrá robado tiempo para buscar soluciones.
  8. NUNCA levantes la voz. Si alguna vez realizas un reproche puede sonar a desesperación, pero si levantas la voz sonará a falta de respeto, y cuando falta el respeto queda muy poco en la pareja. Recuerda cómo le hablabas al principio, cuando estabais los dos sólos y la situación era más tranquila. Gritar sólo generará más gritos y nerviosismo en casa, y lo que estamos buscando es querer llegar a casa para sentirnos queridos y arropados.





No hay comentarios:

Publicar un comentario