Cuando detectamos en nuestro hijo alguna anomalía o dificultad en su desarrollo o evolución escolar, como padres y madres preocupados y ocupados por ellos, lo primero que tendemos a hacer es buscar información al respecto.
Si el pequeño de la casa tiene problemas para conciliar el sueño, para comer con una relativa normalidad, si tiene miedo a la oscuridad y tengo que dejar una pequeña lucecita, si se le escapa el pipí por las noches, o si está tan enganchado a los videojuegos que a penas tiene tiempo para terminar sus deberes. En definitiva, a tantas situaciones a las que nos enfrentamos en la educación de nuestros hijos. En estos casos ¿quién no ha entrado en internet buscando información?